Una cama hospitalaria puede ser de gran ayuda cuando una persona necesita cuidados especiales durante su recuperación o tratamiento en casa.
Estas camas están diseñadas para brindar comodidad, facilitar el cuidado del paciente y evitar complicaciones como heridas por presión.
Situaciones comunes en las que se recomienda
- Personas con movilidad reducida que deben pasar mucho tiempo en cama.
- Pacientes en recuperación de cirugías mayores.
- Adultos mayores con enfermedades crónicas que requieren supervisión.
- Casos donde es difícil levantar al paciente o moverlo con facilidad.
Comparación: cama tradicional vs cama hospitalaria
Una cama tradicional puede ser incómoda para un paciente que pasa muchas horas acostado. Además, no permite ajustes de altura o respaldo, lo que dificulta las tareas del cuidador.
Por el contrario, una cama hospitalaria ofrece posiciones ajustables, barandas para seguridad, ruedas para movilidad y la opción de colchones especializados. Esto mejora la atención, reduce el esfuerzo físico del cuidador y brinda más comodidad al paciente.
¿Cómo hablar con el médico sobre esta necesidad?
Si tienes dudas sobre si tu familiar necesita una cama hospitalaria, puedes seguir estos pasos:
- Describe los problemas actuales: movilidad, caídas, dolor, incomodidad.
- Pregunta si el paciente tiene una condición que requiere cuidados prolongados.
- Solicita una valoración de fisioterapia o terapia ocupacional si es posible.
En algunos países, el médico puede incluso emitir una orden para que el seguro cubra parte del costo.
Costos promedio y beneficios a largo plazo
Los precios varían dependiendo del tipo de cama:
- Alquiler cama manual: desde $180.000 COP/mes.
- Compra cama hospitalaria manual: desde $948.000 COP.
- Compra cama eléctrica: desde $4.205.000 COP.
Alquilar puede ser útil para uso temporal, pero comprar es mejor si el paciente la necesita por tiempo prolongado. A largo plazo, puede significar menos gastos médicos por heridas, caídas o complicaciones.
Checklist: ¿Necesito una cama hospitalaria en casa?
Responde “Sí” o “No” a las siguientes preguntas:
- ¿Tu familiar pasa la mayor parte del día en cama?
- ¿Tiene dificultades para levantarse o sentarse sin ayuda?
- ¿Tiene riesgo de caídas o ya ha tenido alguna?
- ¿Tú como cuidador tienes dolores de espalda o fatiga por ayudarlo a moverse?
- ¿El colchón actual le causa molestias o heridas?
Si respondiste “Sí” a dos o más, puede ser momento de considerar una cama hospitalaria.
Beneficios psicológicos
Contar con una cama adecuada no solo mejora el estado físico del paciente, también tiene beneficios emocionales:
- El paciente se siente más seguro y cómodo.
- Reduce la frustración al no depender tanto del cuidador.
- El cuidador tiene menos estrés y puede descansar mejor.